Dada la importancia de la cacería para las comunidades tacanas, en 2001 se dio inicio al registro de esta actividad por cazadores de la TCO Tacana. Esta información ha permitido a CIPTA y a las comunidades tomar decisiones para reducir la intensidad de la caza de algunos animales, como es el caso del anta (Tapirus terrestris). A partir de 2004, se ha registrado un porcentaje decreciente de la caza de anta y, a la vez, un aumento de la caza de chancho de tropa (Tayassu pecari), cuyas poblaciones son más abundantes.
Por otra parte, existe la tendencia a que las distancias de recorrido para la caza de ambas especies se mantengan, e incluso disminuyan, lo que apoya el resultado anterior de que las comunidades están manejando su cacería con criterios de sostenibilidad, ya que el esfuerzo requerido para la caza es una medida indirecta de abundancia de las especies.
Actualmente, se cuenta con una base de datos, con 15.802 registros de cacería de 55 especies cazadas (27 mamíferos, 24 aves y 4 reptiles), obtenidos entre 2001 y 2007 (y parte del 2008), e información sobre el destino de la cacería y su contribución económica a las comunidades. La caza se concentra en cinco especies: el tropero (Tayassu pecari), el manechi (Alouatta sara), el tejón (Nasua nasua), la tortuga (Podocnemis unifilis) y el silvador (Sapajus apella).
Alrededor del 85% de la cacería se destina al consumo familiar y el restante 15% se reserva para el intercambio por productos básicos. Cada una de las 70 familias que participaron en el registro de la cacería obtuvieron un aporte proteínico de 229 kg/año (19 kg/mes), lo que representó un subsidio anual de carne por familia de aproximadamente Bs. 3.435,00.
Otro aspecto importante es el de los sitios más utilizados para la cacería, que se han podido determinar mediante su georreferenciación. En muchos casos estos sitios se encuentran relativamente cerca de las comunidades, lo que parece indicar que las poblaciones de los animales se mantienen y que estarían soportando los niveles actuales de extracción de individuos.
También se realizó un análisis sobre los corredores de fauna y las áreas de cacería. La ubicación espacial de los corredores de fauna ha permitido identificar los sitios con mayor abundancia de especies y poblaciones y que se superponen con las áreas de cacería. Estos sitios se hallan en la zona del piedemonte: Tumupas’a, Macahua, Santa Rosa de Maravilla, y en los alrededores del río Beni: Carmen del Emero y Cachichira.
La continuidad del automonitoreo de la cacería en la TCO Tacana se basará en un nuevo sistema de registro, que ampliará la información obtenida hasta el momento e involucrará a las unidades educativas de la TCO Tacana, con la finalidad de asegurar su sostenibilidad futura. Durante el 2009 se logró concluir la elaboración de la metodología de monitoreo de la caza y pesca, con participación de las escuelas, el diseño curricular y los dispositivos pedagógicos (cartillas de toma de datos de los animales, cuadernos con información sobre los animales y planilla de trabajo del estudiante), que serán utilizados por los docentes y estudiantes de los ciclos primario y secundario de las escuelas tacanas.