Ante la necesidad de tomar medidas para evitar la reducción de algunas especies de peces, las comunidades tacanas del río Beni decidieron en 2001, con el apoyo de WCS, iniciar un sistema de registro de la pesca, a través del llenado de planillas por cada pescador, con el fin de obtener información que orientara las actividades de pesca.
Entre 2004 y 2006, el seguimiento técnico a las actividades de monitoreo estuvo a cargo del Museo Nacional de Historia Natural. A través del proyecto del Museo, las comunidades establecieron centros de acopio y fueron dotadas de congeladoras y botes. En 2006, WCS asumió nuevamente el seguimiento técnico de las mismas, definiendo con los pescadores tacanas nuevas formas de trabajo, bajo la coordinación de la Asociación de Pescadores Tacanas “Banacuashe” y de la Asociación “Animalucuana” de la TCO Tacana.
El automonitoreo de la pesca se desarrolló mediante el registro de información de la pesca en una planilla por los pescadores tacanas de las comunidades de San Miguel, Cachichira, San Antonio del Tequeje, Carmen del Emero, Esperanza de Enapurera y Altamarani. La información registrada fue integrada en una base de datos que alcanza los 8.439 registros y que contiene información sobre la biología y ecología de la especie, el número de individuos pescados, los métodos de pesca utilizados, la medición del esfuerzo de la pesca, la biomasa obtenida y los beneficios económicos para las comunidades.
Las comunidades aprovechan alrededor de 50 especies de peces, aunque solamente se conoce el estatus taxonómico de 42 de ellas. Entre 2001 y 2007 se reportaron un total de 19.138 individuos pescados. Las especies con mayor número de individuos capturados fueron el tachacá (Pterodoras granulosus), el pintado (Pseudoplatystoma spp.), el pacú (Piaractus brachypomus), el sábalo (Prochilodus nigricans) y el bagre (Zungaro zungaro). Las especies mas grandes son las más consumidas y comercializadas en el mercado. Alrededor del 85% de la biomasa pescada está compuesta por 10 especies, principalmente especies bagres: bagre (Zungaro zungaro), pintado (Pseudoplatystoma spp.), tachacá (Pterodoras granulosus), pacú (Piaractus brachypomus), dorado (Brachyplatystoma rousseauxii), surubí pantalón (Sorubimichthys planiceps), coronel (Phractocephalus hemiliopterus), sábalo (Prochilodus nigricans), tambaquí (Colossoma macropomum), tujuno (Leiarius marmoratus) y cachorro (Hydrolycus scomberoides).
Se estima que, entre 2001 y 2007, los pescadores obtuvieron aproximadamente 42,5 toneladas de pescado. La mayor parte de esta producción (65%) fue comercializada en la zona de Rurrenabaque y una cantidad menor (35%), se la destinó al autoconsumo familiar. La importancia económica de la pesca para las comunidades, calculada en base a los registros de pesca y a los precios actuales por kilogramo de pescado en la zona de Rurrenabaque, que en promedio es de Bs.18,00 (equivalente a $us. 2,5), representó un ingreso familiar por mes de alrededor de Bs. 520,00 ($us. 72,2) por familia. Asimismo, la biomasa de pescado consumida al mes significó un subsidio promedio de Bs. 170,00 ($us. 23,6) por familia.
Al igual que en la cacería, se está trabajando en la incorporación de contenidos y actividades de automonitoreo de la pesca en el currículo de las escuelas de las comunidades, con participación de los maestros y alumnos. Se espera que los alumnos, junto con sus familias, puedan analizar las fluctuaciones de las poblaciones de las especies pescadas y que esta información sea tomada en cuenta en las decisiones de manejo que asuman las comunidades.