El Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia fue establecido en 1992, mediante la Ley de Medio Ambiente Nº 1333, como el conjunto de las áreas protegidas, de diferentes categorías que, ordenadamente relacionadas entre sí, y a través de su protección y manejo, contribuyen al logro de los objetivos de conservación. Comprende 123 áreas protegidas (22 de carácter nacional, 23 de carácter departamental y 78 áreas municipales), que representan aproximadamente el 20% del territorio nacional.
El núcleo activo de conservación del Sistema está integrado por las áreas protegidas de carácter nacional, que en conjunto abarcan una superficie de 170.048 km2 (15.5% del territorio nacional). Contiene muestras representativas de 11 de las 13 grandes ecorregiones de Bolivia: los bosques amazónicos subandinos son los mejor representados en el Sistema, seguidos por la serranía chiquitana, las sabanas inundables del Pantanal, los Yungas, el Chaco y la vegetación altoandina. Se estima que del total de plantas y vertebrados registrados para Bolivia, aproximadamente un 70% estarían representados en el SNAP. La mayor parte de estas áreas se encuentran en muy buen estado de conservación y mantienen poblaciones de especies de fauna de importancia ecológica y que se encuentran en situación de amenaza, como el cóndor, la vicuña, el oso andino y el jaguar.
La mayor parte de las áreas protegidas nacionales se encuentran habitadas por comunidades indígenas y originarias, y 44 tierras comunitarias de origen están relacionadas con su gestión. El desarrollo de las áreas protegidas parte del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y originarios de preservar su identidad cultural, sistemas de valores, conocimientos y tradiciones, instituciones propias y espacios territoriales, y se orienta a fortalecer su rol protagónico en la gestión compartida de las áreas protegidas y en la generación de nuevas opciones de desarrollo compatibles con la conservación.
WCS contribuyó al estudio “Prioridades de conservación de la biodiversidad en Bolivia” (Araujo, et al., 2010), identificando especies con amplios requerimientos espaciales para definir necesidades de conectividad de las áreas protegidas de carácter nacional. Este análisis permitió diseñar modelos de distribución y densidad poblacional de 13 especies de mamíferos: guanaco (Lama guanicoe), vicuña (Vicugna vicugna), taruka o venado andino (Hippocamelus antisensis), gato pajonal (Leopardus colocolo), gato andino (Leopardus jacobita), puma (Puma concolor), jaguar (Panthera onca), pejiche (Priodontes maximus), pecarí del chaco (Catagonus wagnerii), tropero (Tayassu pecari), borochi (Chrysocyon brachyiurus), perrito de monte (Speothos venaticus) y oso andino (Tremarctos ornatus). Los resultados del análisis muestran que varias de estas especies se encuentran amenazadas y que para mantener poblaciones viables se requiere establecer espacios de conectividad entre áreas protegidas.
Estudios sobre temas específicos de la gestión de las áreas protegidas
El estudio de caso de los conflictos ambientales en el norte de La Paz (2003-2004), realizado por WCS en coordinación con el SERNAP, permitió profundizar el análisis de las relaciones entre actores locales, desde una perspectiva histórica y con relación a la aplicación de las políticas del estado (participación popular, conservación de la biodiversidad, saneamiento de tierras y reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas). En la base de datos se registraron 58 conflictos ambientales enfrentados en 18 áreas protegidas, entre 1992 y 2004. La mayor parte de estos conflictos se produjeron por problemas relacionados con el acceso y uso de los recursos naturales (particularmente la extracción ilegal de madera), el saneamiento y titulación de tierras comunitarias de origen, la ejecución de obras de infraestructura y proyectos de desarrollo y la creación y gestión de áreas protegidas. Los resultados muestran que los conflictos ambientales han sido parte integrante de los procesos de gestión de las áreas protegidas, involucrando a diversos actores sociales y a instituciones estatales, y que éstos estuvieron determinados por los altos niveles de pobreza de los municipios, la falta de una cultura democrática en la sociedad regional y una visión de desarrollo centrada en la explotación de los recursos naturales y la colonización. Sobre esta base de información, se diseñó una estrategia de manejo de conflictos que es ejecutada por el SERNAP, con fondos de DANIDA.
De igual manera, se realizaron estudios económicos y de impacto ambiental, en coordinación con el Fondo de Estrategias para la Conservación (CSF), para proveer información que contribuyera al debate local. Estos estudios incluyen una evaluación de los beneficios generados para la economía regional por el área protegida de Madidi, los cuales son mayores a los 2.5 millones de dólares anuales. Adicionalmente, se hicieron dos estudios sobre proyectos camineros: la carretera Apolo-Ixiamas y un análisis de los diferentes proyectos camineros en el norte de Bolivia. Sus resultados fueron presentados en diversos foros locales, organizados por la Fundación Amigos del Madidi, en los que participaron 291 personas de las zonas urbanas de Ixiamas, Tumupasa, San Buenaventura y Guanay.
Apoyo al desarrollo de los programas de monitoreo
WCS colaboró con el SERNAP en el diseño de los programas de monitoreo de Madidi, Pilón Lajas y Apolobamba, a través de la definición de objetivos, temas e indicadores, y de la creación de bases de datos de investigación y monitoreo. Las actividades de monitoreo, realizadas por los guardaparques durante sus patrullajes, consistieron en la recopilación de información de algunas actividades humanas y de especies de fauna seleccionadas como indicadoras del estado de conservación de la biodiversidad.
El 75% de los guardaparques de Madidi y Pilón Lajas recibieron capacitación en temas vinculados con las normas que regulan la gestión de las áreas protegidas y la implementación del programa de monitoreo (llenado de cartillas y uso de GPS). Adicionalmente, cuatro guardaparques han sido formados en el uso de sistemas de información geográfica (SIG) que permiten la representación espacial de los datos registrados en el monitoreo.
Desde 2010, WCS está colaborando con el SERNAP en el desarrollo de los programa de monitoreo integral de las áreas protegidas de Madidi, Pilón Lajas y Apolobamba, con participación de los cuerpos de protección, los comités de gestión y las organizaciones sociales. Hasta 2012 se generaron 9 reportes de monitoreo integral.
Desarrollo del turismo en la naturaleza
El ecoturismo se constituye en una de las alternativas económicas más importantes de la región de Madidi, por su potencial como destino turístico en Bolivia y la presencia de las áreas protegidas. Las actividades de WCS se dirigieron a dar apoyo al SERNAP en el diseño del programa de turismo del Parque Nacional Madidi y su implementación desde 2004 a 2007, a través de la identificación de valores turísticos, la capacitación de guías de turismo y la elaboración del primer reglamento de turismo de un área protegida en Bolivia, lográndose mejorar los servicios turísticos del valle del Tuichi.
Con la finalidad de fortalecer la oferta turística del paisaje, se apoyó la elaboración de las estrategias de ecoturismo del municipio de Ixiamas y de la TCO Tacana y la zonificación de esta actividad en las comunidades de San Miguel del Bala (ubicada en Madidi y la TCO Tacana) y Asunción del Quiquibey (en Pilón Lajas). A través del mapeo comunal de sus áreas de turismo y la elaboración de mapas con la información recolectada en el automonitoreo de la cacería, se logró compatibilizar ambas actividades y añadir un valor agregado a los senderos de interpretación.
Por otra parte, WCS facilitó información para el desarrollo de nuevas iniciativas turísticas, apoyando la realización del diseño del mirador de Caquiahuara en Madidi (posteriormente establecido por Conservación Internacional) y de otros dos miradores y un puente dentro de la senda “Las Parabas” en Asunción del Quiquibey (en Pilón Lajas).
Participación social
Con la finalidad de contribuir a la nueva política de gestión compartida de las áreas protegidas entre el SERNAP y las organizaciones sociales con derechos territoriales preconstituidos dentro de éstas, WCS colaboró con el SERNAP y la CIDOB en el análisis de conceptos e instrumentos, de la gestión compartida del SNAP. Insumos importantes del análisis fueron la estrategia de la CIDOB para la gestión compartida del SNAP y la propuesta de cogestión de Madidi por CPILAP, documentos elaborados con el apoyo de WCS.
La estrategia de la CIDOB para la gestión compartida del SNAP se orienta a fortalecer su rol en el diseño y aplicación de políticas y estrategias de gestión de las áreas protegidas, desarrollando capacidades institucionales para la participación efectiva de las organizaciones indígenas en el manejo de las áreas protegidas y consolidando, a su vez, la gestión territorial indígena. El documento de la estrategia forma parte del convenio marco de cooperación y coordinación, suscrito el 26 de octubre de 2007 entre el Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y Gestión y Desarrollo, el SERNAP y la CIDOB, y fue presentado en el Congreso de Parques Nacionales y otras Áreas Protegidas, en Bariloche, Argentina.
La propuesta de cogestión de Madidi elaborada por CPILAP analiza el marco legal y político que la sustenta, los actores sociales e institucionales vinculados con la gestión del área y las relaciones que estos actores mantienen entre sí y con la administración del área. Asimismo, plantea la base conceptual y los instrumentos de la propuesta de cogestión entre el SERNAP y las organizaciones indígenas con derechos territoriales en el área.
Actualmente, WCS está apoyando el proceso de desarrollo de una propuesta participativa de modelo de Gestión Territorial con Responsabilidad Compartida (GTRC) del área superpuesta entre la TCO Lecos de Apolo y el Parque Nacional Madidi, que incluye una base conceptual y normativa, un marco estratégico de trabajo, la identificación de instrumentos para su implementación y la definición de requerimientos para el desarrollo de capacidades tanto en CIPLA como en el área de Madidi/SERNAP. Una actividad previa fue la integración de la zonificación del área de Madidi y de la TCO Lecos de Apolo y la identificación de 7 áreas prioritarias de protección: Quendeque, Huajra Orco, Huratumo, Cauly, Sarayoj, Torewa y nacientes del Amantala, definiendo las bases de una estrategia de protección conjunta, como parte del acuerdo suscrito en noviembre de 2009.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia fue establecido en 1992, mediante la Ley de Medio Ambiente Nº 1333, como el conjunto de las áreas protegidas, de diferentes categorías que, ordenadamente relacionadas entre sí, y a través de su protección y manejo, contribuyen al logro de los objetivos de conservación. Comprende 123 áreas protegidas (22 de carácter nacional, 23 de carácter departamental y 78 áreas municipales), que representan aproximadamente el 20% del territorio nacional.
El núcleo activo de conservación del Sistema está integrado por las áreas protegidas de carácter nacional, que en conjunto abarcan una superficie de 170.048 km2 (15.5% del territorio nacional). Contiene muestras representativas de 11 de las 13 grandes ecorregiones de Bolivia: los bosques amazónicos subandinos son los mejor representados en el Sistema, seguidos por la serranía chiquitana, las sabanas inundables del Pantanal, los Yungas, el Chaco y la vegetación altoandina. Se estima que del total de plantas y vertebrados registrados para Bolivia, aproximadamente un 70% estarían representados en el SNAP. La mayor parte de estas áreas se encuentran en muy buen estado de conservación y mantienen poblaciones de especies de fauna de importancia ecológica y que se encuentran en situación de amenaza, como el cóndor, la vicuña, el oso andino y el jaguar.
La mayor parte de las áreas protegidas nacionales se encuentran habitadas por comunidades indígenas y originarias, y 44 tierras comunitarias de origen están relacionadas con su gestión. El desarrollo de las áreas protegidas parte del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y originarios de preservar su identidad cultural, sistemas de valores, conocimientos y tradiciones, instituciones propias y espacios territoriales, y se orienta a fortalecer su rol protagónico en la gestión compartida de las áreas protegidas y en la generación de nuevas opciones de desarrollo compatibles con la conservación.
Los programas de conservación de Wildlife Conservation Society en Bolivia, se desarrollan en los paisajes donde se encuentran las áreas protegidas nacionales de Madidi, Pilón Lajas, Apolobamba y Kaa Iya. Sus actividades se raelizan en estrecha coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), entidad dependiente del Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y Gestión y Desarrollo Forestal, y con las direcciones de las áreas protegidas. Asimismo, WCS trabaja con los gobiernos municipales vinculados a su gestión y que han establecido unidades de conservación en su jurisdicción, como es el caso del Área Protegida Municipal de Ixiamas (en el Departamento de La Paz) y el Área protegida Municipal Pampas del Yacuma (en el Departamento del Beni).