El 18 de septiembre, el SERNAP, la Asociación regional de Comunidades Manejadoras de Vicuñas de Apolobamba (ARCMVA) y el ANMIN Apolobamba, a la cabeza de su Director Ing. Ramiro Mayta Suxo y el cuerpo de protección, dieron inicio a la 14va. temporada de aprovechamiento sostenible de la fibra de vicuña 2023, en la comunidad de Taypi Qañuhuma, con la participación de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas, autoridades departamentales, municipales, comunidades manejadoras de vicuña y el apoyo técnico de WCS.
“Esta actividad se prolongará hasta el mes de noviembre o primeros días de diciembre, de acuerdo con el cronograma establecido por las 19 comunidades manejadoras de vicuña, que comprenden los municipios de Pelechuco, Curva y Charazani, de las provincias Franz Tamayo y Bautista Saavedra, respectivamente”, informó Mayta.
El objetivo de la captura y esquila de vicuñas es promocionar, revalorizar y mostrar al país el trabajo sociocomunitario en el manejo y aprovechamiento sostenible de la vicuña en la región de Apolobamba y en todas las comunidades manejadoras de vicuñas del país, para fortalecer la reactivación económica en las familias de la región.
Esta actividad forma parte de la disposición de cumplimiento de la autoridad competente en el manejo de vicuña, que es la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP), instancia que el 2018 aprobó el Plan Nacional de Manejo de Vicuñas a nivel nacional.
La captura, esquila y posterior liberación de vicuñas es una actividad que beneficia a cientos de familias que viven en ese sector. Una vicuña puede proporcionar entre 170 y 200 gramos de fibra fina, muy apreciada y con alto valor. En ese sentido el Estado Plurinacional de Bolivia, viene fomentando el manejo y aprovechamiento sostenible en silvestría, bajo el protagonismo participativo de las comunidades donde se encuentra la especie.
Humber Alberto, responsable de manejo de la vicuña en WCS, explica que las comunidades organizadas realizan esta actividad de protección y aprovechamiento, siguiendo las pautas técnicas establecidas y definidas por el Estado para la conservación de la especie, en el marco del Plan Nacional de Manejo de la Vicuña, los Lineamientos Técnicos para el Aprovechamiento Sostenible y otros.
“Las vicuñas son arreadas por los comunarios, luego son cercadas por un cordón humano y llevadas a corrales instalados, es ahí donde se realiza la esquila. Para cortar la fibra de la vicuña se necesita que tenga, al menos, 2,5 cm de largo, por ningún motivo se debe extender el tiempo de esquila, las vicuñas deben ser liberadas, es una práctica que busca aprovechar la fina lana del animal, sin lastimarla ni estresarla, es una especie protegida por convenciones internacionales y normativas nacionales, por ser un recurso valioso y estratégico de la biodiversidad”, dijo.
Esta actividad representa un éxito de los esfuerzos de conservación de una especie considerada en peligro de extinción en la década de los años 60 y que gracias a las medidas de protección, como el establecimiento de áreas protegidas, ha permitido el incremento significativo de sus poblaciones y con resultados relevantes para el aprovechamiento de la fibra y beneficios para las comunidades manejadoras de vicuñas en Bolivia.
Fotos: Humber Alberto/WCS