Especialistas vinculados a la conservación de la vida silvestre se reunieron para evaluar 15 especies nativas de tortugas del país, con el objetivo de reconocer las principales amenazas a las que están expuestas y trazar las acciones prioritarias para su conservación.
Las tortugas incorporan grandes cantidades de energía en cualquier ecosistema en que habitan, y representan un componente biológico importante en la cadena alimenticia durante todas las etapas de su vida, debido a sus estrategias de alimentación y sus funciones ecológicas.
La sobreexplotación es el resultado del valor que representan para la población humana, ya que cubren una extensa gama de recursos y productos consumibles (carne, huevos, aceite, remedios medicinales y mascotas), con altos beneficios económicos para muchas comunidades. Sin embargo, cuando existe una explotación desmedida, sumado a otras amenazas, se potencia la pérdida del recurso y su utilización.
El tráfico de huevos, carne y juveniles como mascotas, el comercio de artesanías, la pérdida de hábitat y el cambio climático son algunas de las amenazas que tienen impacto sobre las especies de tortugas. Las especies más amenazadas son: la peta de rio (Podocnemis unifilis), la tataruga (P. Expansa), peta de monte (Chelonoidis carbonarius), peta de monte o peta del seco (C. denticulatus).
Durante la evaluación se identificó que las 15 especies se encuentran entre una prioridad media y alta, por lo que se sugieren desarrollar acciones de conservación de las especies con mayor prioridad: cupiso (en Brasil) (Podocnemis sextuberculata), galápago (Mesoclemmys vanderhaegei), galápago (Acanthochelys pallidipectoris), y tataruga (P. expansa).
También fueron identificadas especies con mayor importancia para la investigación: peta de rio (Podocnemis sextuberculata), galápago (Mesoclemmys vanderhaegei), galápago o ashna charapa (en Perú) (Mesoclemmys gibba).
Se trata de especies de distribución restringida, con poca presencia en áreas protegidas, y con poco conocimiento de las mismas. En el caso de P. expansa se sugiere su priorización por ser una especie altamente amenazada. Estos y otros resultados complementarios serán publicados en un artículo científico.
Los especialistas se reunieron en un taller virtual, a fines de mayo, para evaluar las especies con base en 14 criterios, que incluyeron el conocimiento de la especie (abundancia, distribución, genética, reproducción y taxonomía), las amenazas (uso de subsistencia, comercio ilícito de la vida silvestre), así como la pérdida y degradación de hábitat y el cambio climático.
La principal conclusión del taller fue la necesidad de realizar una revaluación del estado de conservación de las 15 especies de tortugas nativas y de contar con un marco organizativo que permita el desarrollo y la coordinación de actividades de investigación, manejo y conservación. Este deberá desarrollarse bajo la Política y Estrategia Plurinacional para la Gestión Integral y Sustentable de la Biodiversidad: Plan de Acción 2019-2030.
Una segunda parte de la evaluación, realizada luego del taller, identificó las especies con prioridad de conservación, considerando las amenazas, actividades de investigación, distribución y acciones locales de conservación, espacialmente en áreas protegidas y territorios indígenas.
Estas actividades fueron organizadas por la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (DGBAP) y Wildlife Conservation Society (WCS), con el apoyo de la Turtle Survival Alliance (TSA) y Andrea Batista.
Guido Miranda y Enrique Domic son los especialistas que participaron en el tema por WCS Bolivia.