A partir de muestras de ADN Ambiental en las cuencas del Beni y Tuichi, tomadas por investigadores de Bolivia (WCS) y Francia (IRD), se identificaron especies de peces antes no registradas previamente en la zona y se obtuvo una gran cantidad de información para ampliar los registros de distintos grupos de vertebrados.
“Es la primera vez que en Bolivia, o por lo menos en el Madidi, en que se aplican tecnologías de última generación. Un estudio con ADN ambiental basado en una secuenciación masiva es realmente novedoso y el poder aplicarlo para conocer más de la diversidad que tenemos es de mucha satisfacción y abre muchas puertas”, explica Guido Miranda, investigador de WCS.
El estudio ambiental basado en la secuenciación masiva de especies es algo novedoso, permite responder preguntas de una forma rápida y analizar aspectos de la biodiversidad que se ignoraban.
Este estudio se realizó en una pequeña área de la región amazónica, en el Parque Nacional Madidi, una de las áreas protegidas con mayor biodiversidad en el mundo. Las muestras se recogieron en varios ecosistemas acuáticos, como arroyos, lagunas y ríos, sumando un total de 34 sitios donde se filtraron entre 10 y 100 litros de agua.
Miranda explica que todos los organismos liberan ADN a su medio, a partir de heces, secreciones o por descomposición, y ese material es arrastrado por el agua. Es así que se recogieron muestras de agua en cartuchos colectores especiales, que fueron amplificadas en laboratorio para la secuenciación y asignación del nombre correspondiente comparando con bases de datos ya existentes.
Es fundamental que las referencias genéticas de las especies que se deseen monitorear estén presentes en las bases de datos que almacenan las secuencias de las especies. Y esto es para todos los grupos (no solo peces). Esas bases de datos deben estar completas y revisadas.
Mientras más completa esté la base de datos de referencia más especies podrán ser identificadas, y aunque esto puede ser una limitación para este tipo de estudios es un trabajo que todavía queda por hacer, explica Miranda.
En el análisis de peces se han identificado otras especies y es posible muestrear otras especies más para ampliar el conocimiento de la biodiversidad. La gran cantidad de material genético identificado durante el recojo de información invita a especialistas en aves, mamíferos, roedores, murciélagos, camélidos, osos, reptiles y otras especies a utilizar esta herramienta para completar sus registros e incluso a utilizar la información obtenida en este análisis para responder a nuevas preguntas sobre la riqueza de la diversidad en esa zona del Madidi.
“Esta es apenas la punta del iceberg de todo lo que significan estos resultados para el estudio de la biodiversidad” concluye Miranda.