El estudio de especies de macroinvertebrados acuáticos en los ríos y tributarios de 12 sitios visitados durante la expedición científica Identidad Madidi (2015-2017) permitió conocer su diversidad y evaluar el estado ecológico de conservación de los cuerpos de agua en el Parque Nacional Madidi.
Los macroinvetebrados son larvas, ninfas, náyades y adultos de invertebrados de los grupos Mollusca, Arthropoda, Crustacea, Nematoda y Annelida, que habitan y se relacionan con los elementos de los cuerpos de agua durante alguna etapa de su ciclo de vida. Su presencia y abundancia ayudan a conocer el estado de salud de los ecosistemas acuáticos, en este caso, de los ríos. Son además una parte esencial de la cadena trófica sirviendo de alimento a otras especies mayores.
A partir de la colecta de 19.079 individuos, se identificaron 70 grupos de organismos (taxones) nuevos, a nivel de familias, observando una mayor diversidad de macroinvertebrados acuáticos en bosques montanos medios, entre los 1.200 y 1.800 metros de altura.
“La parte media es una zona muy importante, de alta biodiversidad, es donde deberíamos centrar nuevas investigaciones para encontrar y describir nuevas especies”, explica Jorge Molina, biólogo investigador del Instituto de Ecología de la UMSA que participó en la expedición junto a especialistas de WCS.
Entre los resultados obtenidos, se registraron además dos nuevos géneros para el parque y para Bolivia: el género Ithytrichia y el género Zumatrichia de la familia Hydroptilidae, ambas muy pequeñas, y que se desarrollan en arroyos bien conservados cercanos a Apolo.
Las muestras fueron colectadas en un gradiente altitudinal (no continuo) del parque Madidi en la zona alta (Chokollo, Puina, Chullo), en la parte media (Mamacona, Sipia, Sarayoj), en el piedemonte amazónico (Tuichi, Hondo, Quendeque) y en la parte más baja (Alto Madidi y Heath), en diferentes épocas durante la expedición.
Zumatrichia (Hydroptilidae-Trichoptera). Fotografía: Omar Torrico/WCS
En cada zona se identificó el río principal y tres tributarios para evaluar a los macroinvertebrados y calcular la calidad ecológica (índice BMWP-BOL) de los cuerpos de agua, se utilizó la red Surber para el muestreo cuantitativo y una red de mano para complementar la información cualitativa. Las muestras fueron evaluadas en los laboratorios de la Unidad de Limnología de la Universidad Mayor de San Andrés.
Los resultados de esta expedición científica permiten contar con una línea de base de la diversidad de macroinvertebrados y muestran que la mayoría de los arroyos y ríos se encuentra en excelente estado de conservación. Asimismo, revelan que la variación de la diversidad se encuentra muy relacionada a la heterogeneidad y estabilidad de los cuerpos de agua.
“En lugares heterogéneos, es decir, en cuerpos de agua donde se encuentran condiciones de hábitat variadas: diferentes tamaños de sustrato, vegetación acuática, diferentes regímenes de velocidad y profundidad entre otros, se tiene diversidad de macroinvertebrados con diferentes hábitos; en cambio en ambientes homogéneos o extremos, la diversidad de macroinvertebrados es más limitada porque no hay disponibilidad de hábitats, por ejemplo, cuando hay sedimento fino como sustrato”, indica Molina.
Para explicar que los ambientes más inestables coinciden con aquellos que tienen una diversidad más baja y que los ambientes estables tienen una diversidad mayor, el estudio tomó en cuenta parámetros físico-químicos básicos del agua, utilizando una sonda multiparamétrica, mediciones de velocidad, profundidad, sustrato, estimación del caudal y el índice de inestabilidad (o de Pfankuch).
En el gradiente altitudinal se encontraron macroinvertebrados característicos de cada zona. En la parte alta se encontraron organismos capaces de vivir en el agua de deshielo glaciar a más de 5.000 metros de altitud y en condiciones extremas de congelamiento y sedimento glaciar (p.e. dípteros Podonominae). Bajando hacia la vertiente amazónica la diversidad de macroinvertebrados incrementa debido a que que las condiciones en los ríos mejoran en cuanto a la temperatura, el sustrato y aguas con menos sedimentos.
En la parte media, en ríos con influencia de los bosques yungueños y bosques secos cercanos a Apolo, se observaron familias de los grupos de Ephemeroptera (Baetidae, Leptophlebiidae, Euthyplocidae entre otros), Plecoptera (Gripopterygidae y Perlidae) y Trichoptera (Calamoceratidae, Hydroptilidae, Leptoceridae, Hydrobiosidae, entre otros). Además de grupos muy interesantes de hemípteros característicos de estas zonas, como ser Cryphocricus peruvianus, efemerópteros muy poco conocidos en Bolivia pertenecientes a la familia Oligoneuriidae, y coleópteros pertenecientes a la familia Psephenidae, que están pegados a las rocas. También hay diferentes tipos de Odonatos de la familia Gomphidae que tienen diferentes estrategias depredadoras.
Finalmente, en la parte baja, en ríos meándricos del Heath, las condiciones son más homogéneas y la mayor parte de los grupos de macroinvertebrados observados en la parte media es reemplazada por individuos mejor adaptados para estos cuerpos de agua, como los Crustáceos de las familias Palaeomonidae y Trichodactylidae. Sin embargo, todavía queda mucho por conocer de los arroyos de las llanuras que se encuentran muy poco estudiados.
Dada la importancia de la información de la estabilidad natural de lo ríos en la diversidad de macroinvertebrados, de aquí en adelante es importante evaluar la estabilidad del cauce y de las riberas de los cuerpos de agua en conjunto con un análisis biológico y físico-químico, para tener evaluaciones de calidad ecológica más integrales y completas. Actualmente, en Bolivia estos parámetros no están considerados dentro de la normativa de la evaluación de la calidad ecológica y, por ello, es muy importante incluirlos.
Anacroneuria sp. Fotografía: Jorge Molina Rodríguez/WCS-Limnología