La campaña de esquila de vicuñas de 2021, realizada en el Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba, permitió consolidar el uso de la esquila mecánica, en lugar del tradicional uso de tijeras, en un 82 % de las vicuñas, favoreciendo la eficiencia, el incremento en la producción y mayores beneficios para las comunidades.
El manejo de vicuña en Apolobamba es una historia de éxito de recuperación de una especie, considerada en los años 60 en peligro de extinción, a través del establecimiento de un área protegida y de la generación de beneficios para la población local, ya que la fibra de vicuña es una de las fibras naturales más finas del mundo.
La introducción de la esquila mecánica en Apolobamba tuvo lugar en 2017 y en 2019; las comunidades manejadoras, con el apoyo técnico de Wildlife Conservation Society (WCS), logran ya esquilar un 70 % de los individuos.
La máquina eléctrica es una herramienta de gran utilidad: mejora la eficiencia en el trabajo al permitir realizar la esquila en menor tiempo, disminuir el estrés de los animales y obtener mayor rendimiento en la cantidad de fibra, entre un 10 % y 20 % más que con el uso de tijeras.
“Hoy se necesitan dos o tres horas para esquilar 100 vicuñas, cuando antes se requerían entre seis y siete horas para terminar la esquila” explica Humber Alberto, Responsable de Fortalecimiento de Capacidades en Aprovechamiento Integral y Monitoreo de la Vicuña en el ANMIN Apolobamba.
El corte es más uniforme y el manto del vellón se mantiene íntegro, lo que contribuye a lograr un mejor y mayor valor comercial. Sin embargo, esta técnica requiere destreza y paciencia, conocimiento del cuerpo del animal y del manejo de la máquina para evitar heridas. Exige, además, precisión para cortar el vellón, un adecuado mantenimiento de la máquina y un permanente afilado de los peines, considerando, además, que el largo mínimo requerido para la comercialización del vellón es de 2,5 cm.
Las actividades previas de capacitación permitieron profundizar en el manejo adecuado de la máquina esquiladora, gracias a la realización de prácticas de esquila primero en alpacas (que tienen una fibra más larga, al ser animales domésticos tienen mejor comportamiento y, por ende, permite ganar confianza en la técnica) y luego ya en vicuñas.
Aproximadamente el 30 % de las comunidades manejadoras de vicuñas cuentan ahora con esquiladores formados y con experiencia. “La expectativa a futuro es seguir formando esquiladores en las comunidades y continuar con el seguimiento y apoyo para que puedan consolidar su destreza y técnica” concluye Alberto.
A través del apoyo de diferentes proyectos de cooperación, cada comunidad del área protegida tiene una máquina de esquila. De igual manera, la Asociación Regional de Manejadores de Vicuña de Apolobamba cuenta con tres máquinas que son utilizadas en las comunidades con mayor cantidad de vicuñas. Aún es necesario continuar con el equipamiento, así como consolidar las capacidades técnicas en las comunidades manejadoras de todo el país.