El estudio de los ecosistemas acuáticos en los Grandes Lagos Tectónicos de Exaltación permitió, a través de la caracterización de cuatro cuerpos de agua con 6.000 años de formación, evidenciar la diversidad de grupos de fitoplancton, zooplancton y macroinvertebrados, y el rol ecológico que cumplen.
Estas grandes masas de aguas superficiales conforman un sistema de humedales conectado a través de paleoríos o ríos fósiles, con características que han cambiado a lo largo del tiempo por la influencia de las actividades humanas. “Sabemos que esta zona ha tenido un uso continuo en la historia, y que tiene bastante movimiento y efecto antropogénico. Si se conserva hasta este momento, es porque tienen mucha resiliencia y estabilidad. Sin embargo, la abundancia reportada de algas cianobacterias y los procesos que conlleva, nos muestran que hay mucho por conocer de estos ecosistemas”, explica Jorge Molina, investigador de WCS.
Los resultados muestran 41 géneros de fitoplancton, agrupados en 30 familias y 21 ordenes; 18 géneros de zooplancton de 14 familias; así como 39 grupos de especies de macroinvertebrados acuáticos, entre caracoles, conchas, camarones, libélulas, escarabajos, chinches y mosquitos. “Hasta el momento no se conocía sobre la dinámica de estos lagos, por eso la importancia de estos estudios radica en caracterizar los cuerpos de agua en sus parámetros básicos físico-químicos y también morfoestructurales, con lo que se ha podido elaborar una línea base de toda esta información”, afirma Molina.
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Desmidium |
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Staurastrum rotula |
El fitoplancton consiste en organismos microscópicos que son la producción primaria de los lagos y la base de la cadena trófica. El zooplancton es la producción secundaria que se alimenta principalmente del fitoplancton, y ambos se regulan entre sí para mantener el equilibrio de los lagos. Los macroinvertebrados son el eslabón entre el plancton y los peces, y tienen un papel ecológico importante como alimento en la dieta de muchas especies de peces y aves.
Existe una gran cantidad de especies para la zona, de las que no se tenía registros en los cuerpos de agua de la zona. El Lago Largo presenta la mayor diversidad entre los grupos y Guachuna registra la más baja diversidad; sin embargo, muchas de las especies son desconocidas, lo que exige más estudios relacionados con la taxonomía y distribución.
“Las algas son la base de las redes tróficas y si se encuentran en equilibrio, el ecosistema también se encuentra en un equilibro. Si hay algún cambio en cuanto a la disponibilidad de los nutrientes, las algas lo ponen en evidencia, por eso son uno de los grupos importantes”, explica Molina.
Los macroinvertebrados están en el fondo de los cuerpos de agua, en la arcilla, arena o grava, y tienen una dinámica interesante. “Las larvas de los insectos se desarrollan en el fondo, las pupas viajan a la superficie para emerger como adultos y en ese recorrido son alimento de los peces, rayas y aves. Los que sobreviven se reproducen y vuelven a poner sus huevos en el agua”, explica Molina.
La diversidad de macroinvertebrados, fitoplancton y zooplancton es mayor en las lagunas con aguas más transparentes, en las que la luz penetra a mayor profundidad, como en el lago Largo; sin embargo, es más abundante en el lago Rogaguado.
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Baetidae |
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Corixidae |
En general, los cuerpos de agua estudiados son poco profundos, con dos metros de profundidad en promedio; el lago Largo es el más profundo, con hasta 5 metros. Son ecosistemas con pocos nutrientes y minerales. Su composición cambia constantemente por tratarse de una zona de vientos que remueve y mezcla las aguas. La relación entre las características ambientales y la biodiversidad indica que, a medida que incrementa la profundidad de los lagos, la riqueza, diversidad taxonómica se incrementan y la abundancia disminuye.
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