Los Grandes Lagos Tectónicos de Exaltación y sus alrededores están conformados por unidades de sabanas o pampas y bosques de galería, bosques ribereños y bosques de tierra firme. En los levantamientos florísticos de la región Chiquitana predominan especies de familias comunes y especies propias de la región amazónica, por lo que, en general, la zona se caracteriza como transicional.
Durante la expedición se realizaron 521 registros, 378 de estos son nuevos para Exaltación, 213 son nuevos para el Beni y un registro de árbol, para Bolivia: el tutumillo (Miconia cabucu), identificado en los bosques de galería del río Iruyáñez y del lago Rogaguado.
Foto: Rebeca Rivero Miconia cabucu
“Tuvimos la oportunidad de ser pioneros en registrar estas especies porque ha sido una zona no explorada, seguramente debe haber muchos más registros y muchas más especies irán apareciendo”, explica Rebeca Rivero, directora del Centro de Investigación en Biodiversidad y Medio Ambiente (CIBIOMA) de la Universidad Autónoma del Beni José Ballivián (UABJB), e investigadora en la expedición.
Los datos se obtuvieron en el río Iruyáñez y El Cerro; comunidades Coquinal y Maravilla, laguna Guachuna y comunidad San Carlos, y en los alrededores, aplicando métodos cualitativos y cuantitativos por la heterogeneidad de vegetación en la región. Los levantamientos rápidos permitieron analizar la riqueza florística. La evaluación del estrato arbóreo y arbustivo, así como el de las sabanas, se apoyó en los métodos del punto centro cuadrado y del cuadrado aleatorio para el análisis fitosociológico.
El Cerro presenta vegetación relativamente joven con predominio de la familia Arecaceae (motacú.) Las especies encontradas (coloradillo, orquídea y alisos) muestran que se trata de una zona de transición. “En la cima se colectó una orquídea (Encyclia linearifolioides) y una liana ojo de buey (Macropsychanthus grandiflorus), dos nuevos registros para la zona y el Beni”, afirma Rivero.
Las sabanas circundantes presentan vestigios de la cultura hidráulica ancestral, que solo pueden observarse a través de imágenes satelitales. En el recorrido son imperceptibles por el excesivo pastoreo, las quemas y las eventuales inundaciones. Muchas de las especies arbóreas y arbustivas, así como las gramíneas, tienen la capacidad de sobreponerse al fuego y han desarrollado mecanismos de adaptación.
Foto: Omar Torrico/WCS
En el lago Guachuna, además de la sabana o pampa, se evaluaron islas de bosque y bosques de galería, destacando especies de vainilla (Vanilla sp.), cerca al lago; y de mangaba (Hancornia speciosa), cerca de San Carlos. En esta comunidad y en la isla cercana, se observaron los primeros especímenes de palma real (Mauritia flexuosa).
En la región del lago Rogaguado y en la isla El Tesoro se registraron la palma real (Mauritia flexuosa), la palmilla (Mauritiella armata) y la pachiuva (Socratea exorrhiza), como las más llamativas. Además del tutumillo se registró palo yemada (Bredemeyera floribunda), cuya raíz silvestre se utiliza con fines alimenticios y medicinales. Los bosques de galería de este lago y el de la isla el Tesoro están sometidos a presión antrópica para la habilitación de áreas de cultivo. La sabana (en Rogaguado y en la comunidad Maravilla) presenta especies resistentes a los incendios, como las del género Bulbostyllis, con capacidad de rebrotar inmediatamente después de la quema.
En lago Largo el bosque tiene árboles de porte bajo y es ralo, y en el extremo sur del lago varias especies de juncos (ciperáceas) forman una colcha a su alrededor.
Es importante mencionar que 22 de las especies de plantas registradas se encuentran en situación de amenaza, según el Libro Rojo de la Flora de Bolivia. La conservación de esta región representa un desafío importante para asegurar los procesos ecológicos y garantizar el mantenimiento de una importante base de recursos que sustentan las actividades humanas.
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