El martes 31 de enero, en la Casa Grande del Pueblo se entregaron los ingresos provenientes del aprovechamiento sostenible de la fibra de vicuña de las gestiones 2020 y 2021 a las comunidades afiliadas a la Asociación Comunitaria para la Comercialización de la Fibra de Vicuña de Bolivia (ACOFIVB). El ingreso bruto de ambas gestiones fue de Bs 8.652.834 por la venta de 3.315 kg de fibra de vicuña. Los costos de exportación, comercialización e impuestos representaron el 14 %, con lo cual, los ingresos netos alcanzaron a Bs 7.268.380. Este monto fue distribuido entre todas las comunidades manejadoras en función a la cantidad de fibra aportada.
A las 17 comunidades del Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Apolobamba les correspondió el 21,6 % de estos ingresos netos (Bs 1,57 millones) por la venta de 812 kg de fibra en 2021 (90 % vellón, 9 % fibra predescerdada y 1 % braga). Cololo Katantica y Puyo Puyo fueron las comunidades que más fibra aportaron, por tanto, recibieron un mayor ingreso: el 14 % y el 13 % de los Bs 1,57 millones correspondientes a esta región respectivamente.
Desde 2002 WCS apoya a las comunidades manejadoras de fibra de vicuñas en todo el proceso de aprovechamiento: desde la planificación, organización, captura, esquila y liberación de los animales; pasando por prácticas de bienestar animal como el empleo de la esquila mecánica en lugar de tijeras y para agregarle valor adicional a la fibra, hasta el adecuado manejo y comercialización de los vellones. También contribuye en la elaboración de censos para estimar el número, composición y distribución de las vicuñas en Apolobamba y en otras áreas protegidas. Las estimaciones poblacionales son esenciales para evaluar si los esfuerzos de conservación están bien encaminados. Además, contribuyen a planificar y optimizar el aprovechamiento de la fibra, al determinar las zonas de mayor población y los ejemplares aptos para la esquila.
En 1997 se realizaron las primeras experiencias piloto de captura y esquila de vicuñas en la actual ANMI Apolobamba y en 2007 se realizó la primera venta de fibra de vicuña. A partir de entonces, se realiza esta actividad periódicamente, generando ingresos en favor de miles de familias de comunidades manejadoras de vicuña en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Tarija. Además, ha contribuido significativamente a la preservación de esta icónica especie andina, seriamente amenazada en el pasado, y de los ecosistemas vinculados a su hábitat.
Fotografías: Saúl Callancho / WCS