El equipo técnico de vicuñas de WCS realizó una evaluación del estado poblacional de la vicuña en coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), bajo supervisión de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP) y con participación del cuerpo de protección de las áreas protegidas nacionales Apolobamba, Sama, Sajama y Eduardo Avaroa.
Las actividades, desarrolladas entre julio y diciembre de 2022, evaluaron el tamaño, estructura y distribución de las vicuñas, identificando, además, el crecimiento poblacional con relación a 2021, excepto en Sajama cuya última estimación poblacional de vicuñas fue realizada el 2019. En total fueron censadas 28.465 vicuñas en las cuatro áreas protegidas.
Crecimiento poblacional de las vicuñas en áreas protegidas
*Porcentaje en relación a 2019 (fecha del último censo en esa área protegida).
Estas cifras son resultado de los esfuerzos de protección y monitoreo que realizan los guardaparques con apoyo de las comunidades locales y de las instituciones comprometidas con la conservación y el aprovechamiento de la vicuña.
Como parte de la estimación poblacional, se evaluó también la estructura social y familiar de las vicuñas, obteniendo resultados similares en las 4 áreas protegidas. Socialmente los resultados mostraron que las vicuñas se organizan por grupos familiares (60 %), por tropillas de machos (35 %), por machos o hembras solitarias (1%) y por grupos sociales no diferenciados (entre 2 % y 4 %).
En cuanto a la estructura familiar, predomina la presencia de hembras (madres) en un 60%; machos reproductores en un 14%; y crías en un 25%.
“La relación de un macho por cada 4 hembras, en promedio, garantiza una buena reproducción y, por ende, el crecimiento de la población de vicuñas”, explica Humber Alberto, Responsable de Fortalecimiento de Capacidades en Aprovechamiento Integral y Monitoreo de la Vicuña en WCS.
También se identificaron solo 62 vicuñas con señales de presencia de sarna, enfermedad parasitaria muy común en camélidos, 52 en Apolobamba y 10 en Sajama. En las otras áreas no se identificaron animales con sarna. La baja presencia de sarna puede ser resultado de las condiciones favorables del hábitat, principalmente por la disponibilidad de alimento y agua y una armónica convivencia con otras especies domésticas, como llamas y alpacas.
La participación de la población local fue favorable para que el censo de vicuñas se lleve adelante con éxito. Esto se reflejó en la presencia de guardaparques, personal técnico de instituciones que apoyan la actividad y representantes de las comunidades locales.
Es importante destacar el rol que cumplen los guardaparques en todas las áreas protegidas. Su conocimiento sobre el comportamiento y distribución de la especie, así como sus esfuerzos de protección y monitoreo para permitir la conservación y aprovechamiento de la especie, deben ser valorados y apoyados permanentemente.
“Destacamos la importancia de la conservación y el cuidado que requiere la fauna silvestre en general, para el bienestar de nuestras comunidades y para las futuras generaciones”, concluye Humber Alberto.
Apolobamba
Fotografía: Humber Alberto
Reserva Eduardo Avaroa
Fotografía: Humber Alberto
Sama
Fotografía: Humber Alberto
Sajama
Fotografía: Humber Alberto