Recientemente, Lilian Painter, Directora de WCS Bolivia publicó un artículo recordando el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo y la importancia determinante de su participación en la conservación, ya que estos pueblos habitan en el 25 por ciento de los bosques del mundo, que contienen el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta: “Este tema me compromete particularmente como conservacionista que trabaja en la Amazonia. El programa de WCS en el noroeste de Bolivia ha demostrado que los intereses de los pueblos indígenas y la conservación no solo son compatibles sino que ambos son mutuamente dependientes.”
Las regiones en las que se mantienen las tierras indígenas históricamente han sido protegidas por su aislamiento y con frecuencia se superponen o limitan con áreas protegidas. El fortalecimiento de la gestión de las áreas protegidas y territorios indígenas contribuiría a la conservación de cerca del 50 por ciento de los bosques amazónicos y su biodiversidad. Además, los programas de conservación pueden apoyar los medios de vida de los pueblos indígenas. En el caso del noroeste de Bolivia, el cacao, la silvicultura, el incienso, las artesanías, la ganadería sostenible, el manejo forestal y el turismo contribuyen a proporcionar un ingreso anual promedio de $us. 1.200.
Los programas de conservación ayudan a incrementar los ingresos de las familias y también permiten un mayor control de los bosques ancestrales de los pueblos indígenas. Hace veinte años en el norte de La Paz no existían organizaciones de gestión forestal indígena y los pueblos indígenas se dedicaban al manejo forestal como trabajadores contratados bajo condiciones injustas. La conservación ha favorecido la devolución de la gestión de los recursos naturales a las poblaciones indígenas. Como resultado, en la actualidad hay más de 20 asociaciones forestales a nivel de las comunidades indígenas de la región.
Apoyar el acceso de los indígenas a sus tierras y recursos naturales (agricultura, caza y pesca) es fundamental para su subsistencia. Los hogares indígenas combinan la subsistencia con el mercado de una manera equilibrada. Cuando se monetiza la producción de subsistencia, su valor relativo con frecuencia es sorprendentemente similar al asignado por el mercado. Por ejemplo, cada familia indígena del norte de La Paz necesitaría gastar cerca de $us.1.400 al año para reemplazar la proteína proporcionada por la pesca y la caza. Estas actividades contribuyen a reducir significativamente el número de hogares indígenas clasificados como extremadamente pobres.
Los territorios indígenas son cruciales para mantener conocimientos culturales sobre las plantas medicinales y los cultivos que son esenciales para los medios de vida indígenas actuales. También proporcionan resilencia o capacidad de respuesta frente al cambio climático, mediante la diversificación de la producción agrícola y el mantenimiento de variedades de semillas que tengan la capacidad de adaptación a diferentes condiciones climáticas.
Los programas de conservación apoyan asimismo a las comunidades indígenas en el control de la extracción ilegal de madera, la caza furtiva de fauna y la tala de bosques. Como resultado, las tasas de deforestación en las tierras indígenas a menudo son similares a los de las áreas protegidas vecinas.