Los resultados de las investigaciones realizadas por Wildlife Conservation Society sobre el tapir (Tapirus terrestris) en el Gran Paisaje Madidi-Tambopata, confirman la importancia de las áreas protegidas de Madidi, Pilón Lajas, Tambopata y Bahuaja Sonene para la conservación de la especie a nivel continental, lo cual es significativo dada su situación de amenaza a lo largo de su área de distribución, categorizada como especie vulnerable (VU) por la UICN.
El reciente artículo “Lowland tapir (Tapirus terrestris) distribution, activity patterns and relative abundance in the Greater Madidi-Tambopata Landscape”, publicado en la revista científica internacional “Integrative Zoology”, sintetiza los resultados de doce años de investigaciones de la especie en el paisaje. Esta información fue generada por WCS (entre 2001 y 2010) a través de registros fotográficos de trampas cámara, transectas lineales y entrevistas a guardaparques de cinco áreas protegidas (Madidi, Pilón Lajas, Apolobamba, en Bolivia, Bahuaja Sonene y Tambopata, en Perú) y a cazadores de 19 comunidades indígenas tacanas y tsimane’s, en trabajo coordinado con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SERNAP), El Servicio Nacional de Áreas Protegidas Naturales del Perú (SERNANP), el Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) y el Consejo Regional T’simane Mosetene (CRTM). También se utilizaron algunos datos históricos de la especie, el más antiguo de 1995, sistematizados por WCS en el libro “Distribución, ecología y conservación de los mamíferos de Bolivia”. Los registros del tapir en el sector boliviano del paisaje representan el 75% de los puntos de distribución disponibles, proporcionando una línea base indispensable para el monitoreo de la especie en las tierras bajas del norte amazónico de Bolivia.
Con los datos de distribución del tapir (1.255 registros) se estimó la distribución de la especie en la región. Si bien el tapir tiene una amplia distribución, por debajo de los 2000 metros sobre el nivel del mar, la mayor concentración de sus poblaciones (92% de los registros) se halla en un rango altitudinal menor a los 500 metros de altura, demostrando que las tierras bajas son el hábitat primordial de la especie.
Al menos un 24,3% de la distribución estimada se encuentra en las áreas protegidas que, a la vez, exhiben los índices más altos de abundancia relativa (2,66 eventos independientes/100 noches trampas cámara) en relación con otros lugares fuera de las áreas protegidas (1,03 eventos independientes/100 noches trampas cámara). Estos datos calculados con trampas cámara en la región, desde 2001, indican que las áreas protegidas están contribuyendo efectivamente a la conservación y, en algunos casos, a la recuperación de tapires. En el valle del Tuichi, dentro del Parque Nacional Madidi, se pudo comprobar el incremento de sus poblaciones comparando los datos de abundancia de tres muestreos realizados en 2001: 1,8 eventos independientes/100 noches trampas cámara; en 2002: 2,9 eventos independientes/100 noches trampas cámara; y en 2008: 6,3 eventos independientes/100 noches trampas cámara).
Finalmente, se hizo una estimación del total de la población existente dentro del paisaje transfronterizo, que asciende a 14.540 individuos, enfatizando que la población de tapires del Gran Paisaje Madidi-Tambopata es una de las más importantes del continente. Sin embargo, la pérdida del hábitat y la cacería insostenible, asociadas al desarrollo inducido por las obras de infraestructura, la extracción ilegal de madera y la actividad minera, pueden poner en riesgo la salud de sus poblaciones. Por ello es fundamental asegurar la conectividad de los ecosistemas entre las áreas protegidas y otras unidades de gestión territorial, así como apoyar a las comunidades indígenas en el manejo sostenible de la caza y en el desarrollo de alternativas económicas.
Fotografías: ©Mileniusz Spanowicz/WCS