Pueblos indígenas, municipios y emprendimientos turísticos de base comunitaria de los departamentos de La Paz y Beni expresan su compromiso con la adopción y promoción de medidas para enfrentar el delito de tráfico de fauna que afectan principalmente a los jaguares, a las aves, a los reptiles, a algunas especies de ranas y a varios árboles por su madera.
El Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) y el Consejo de Turismo Sostenible del Destino Rurrenabaque: Madidi-Pampas manifestaron el “compromiso de adoptar y promover medidas que permitan enfrentar este delito”. Reconocen que el tráfico de fauna no solo trae consecuencias adversas para las especies y sus hábitats, sino también para su propio bienestar.
Asimismo, considerando las consecuencias negativas que afectan al pueblo tacana en lo económico, ambiental, social y cultural acordaron “denunciar todo acto de captura, maltrato y trata de la vida silvestre, incluyendo actividades asociadas a la fabricación de productos derivados y a la venta de mascotas que puedan ocurrir en la región”.
Se unieron a esta declaración el emprendimiento turístico Mashaquipe y el albergue ecológico Chalalán quienes han asumido el ecoturismo como una “estrategia de desarrollo económico y mediante la cual pretenden poner en evidencia los efectos negativos de la caza y el comercio ilícito de vida silvestre”.
El Consejo Regional Tsimane Mosetene (CRTM Pilón Lajas), insta a las personas habitantes de las comunidades situadas y aledañas a la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, a “sumar esfuerzos para evitar la cacería indiscriminada y comercio ilegal de vida silvestre”.
Desde las áreas protegidas también se reconoce la necesidad de concienciar a la población sobre esta problemática eliminando la oferta y la demanda de las especies, a través de campañas de difusión. “Una de las actividades fundamentales es que la población conozca los animales vulnerables al tráfico y las normas y leyes que norman este delito” afirma la Jefa de Protección de la Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas, Margot Pilco.
También existe la preocupación de que los territorios sean avasallados, como explica Gladys Ibaragui Presidenta del CIMTA: “Uno de los desafíos y preocupaciones que tenemos es evitar que gente de afuera venga a avasallar nuestro territorio, especialmente a la vida silvestre con fines de comercio ilegal”.
Todas estas declaraciones y compromisos reflejan la unión y la importancia de la participación activa de los pueblos indígenas en la lucha contra el tráfico de vida silvestre y en la preservación de la biodiversidad, tomando en cuenta además la necesidad de promover iniciativas productivas compatibles con la conservación.
Por otro lado, la relación entre el comercio ilegal de fauna silvestre y la salud humana es inminente. La Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) indica que el 75 % de las enfermedades emergentes que afectan al ser humano son de origen animal. A pesar de ello, el tráfico de fauna silvestre persiste en los países andinos amazónicos, en medio del estado de emergencia sanitaria por COVID-19, poniendo en riesgo la estabilidad de las comunidades humanas y de sus medios de subsistencia.
Socios de WCS aportan a la declaración de las comunidades indígenas frente al comercio ilegal de vida silvestre en América Latina