La cuarta versión de la expedición de Sabores Silvestres se dirige a los Llanos de Moxos. El Restaurante Gustu, Wildlife Conservation Society (WCS), la Casa de la Cultura del Beni y el Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos han decidido aunar esfuerzos para poner en valor el patrimonio alimentario de los Llanos de Moxos demostrando el potencial que existe entre los alimentos, las tradiciones culinarias y la conservación de la naturaleza para el bienestar de las poblaciones locales.
Equipo de la Expedición de Sabores Silvestres . Foto: Gabriel Vargas/Una Gran Nación
Esta expedición forma parte de las actividades que desarrolla el Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos, constituido por siete instituciones académicas, científicas y financieras: WCS, Gordon & Betty Moore Foundation, Asociación Civil Armonía, Centro de Investigación en Biodiversidad y Medio Ambiente (CIBIOMA-UAB), Faunagua, Natural Capital de la Universidad de Stanford y Universidad de Bonn. Su objetivo es conocer y conservar los valores naturales y culturales de esta región.
La expedición se inicia este jueves 28 de octubre desde La Paz, con la participación de chefs de los restaurantes Gustu de La Paz, Sacha de Santa Cruz y Nativa de Sucre, un docente del Instituto Gastronómico IGA, de biólogos de WCS, de periodistas de Página Siete, la Palabra del Beni, la revista digital Azafrán, Televisión Universitaria y Facebook Red Rubi del Beni (Universidad Técnica del Beni) y de comunicadores del proyecto Una Gran Nación.
Chipilo . Foto: Omar Torrico/WCS
El primer lugar elegido es Reyes, ubicado en los bosques y sabanas del oeste del Beni, donde se podrá experimentar con diferentes platos tradicionales utilizando productos locales. También se visitará la comunidad de Baichuje para observar la molienda de la caña y la preparación de comidas elaboradas a base de chivé, chocolate y chancaca. Una parada en la Estancia Ganadera Lechería Don Agustín será una buena ocasión para saborear un tradicional desayuno estanciero. El viaje a Santa Rosa del Yacuma, que colinda con Reyes, permitirá visitar el albergue turístico en el río Yacuma y la comunidad de Aguaysal donde se tiene planificado preparar un almuerzo tradicional entre los chefs y la comunidad.
Para llegar a Trinidad, el centro de la capital beniana, se navegará por el río Mamoré, en el Barco Reina Enín, desde donde se podrá observar la riqueza de la fauna silvestre de los Llanos de Moxos. Se visitarán comunidades para conocer sus productos alimenticios. Ya en Trinidad, en la Casa de la Cultura del Beni, se tiene organizado realizar un intercambio de saberes gastronómicos entre chefs y representantes de varias comunidades del Beni y especialistas de la ciudad.
El viaje a Loreto, la primera misión jesuítica, próxima a Trinidad, que incluye una visita a la comunidad yuracaré del Masi, dará la oportunidad de conocer algunas lomas precolombinas y de participar en la pesca, la recolección de frutos y otros productos del bosque y en la cosecha de cultivos de los chacos.
La expedición concluye en San Ignacio de Moxos, el 6 de noviembre, con un intercambio gastronómico entre los chefs y el Ensamble Moxos y la Escuela de Música de San Ignacio, cuya labor de recuperación de la música barroca de San Ignacio, un antiguo pueblo misional fundado por los jesuitas, contribuye a su conservación y difusión.
Algunos apuntes sobre los Llanos de Moxos: un lugar donde se domesticaron plantas de gran importancia alimenticia, como es el caso de la yuca, la calabaza, el maíz, el frijol, y cuya riqueza biológica permitió el aprovechamiento de una diversidad de productos de la biodiversidad. Con el establecimiento de las misiones jesuíticas (a finales del siglo XVII) y la introducción del ganado vacuno, el arroz, el plátano, la caña de azúcar, los cítricos y otros productos, la gama de ingredientes utilizados en la preparación de variados platos puede superar el centenar. Es típico de la cocina beniana el majadito de yuca, el charque con chivé, la sopa de chipilo, las ensaladas de papaya verde con cebolla en hoja o la ensalada de palmito, el masaco de plátano maduro, el tamal a la olla o al horno, el payuje, el pan de arroz, entre algunos de los más característicos, sin mencionar la diversidad de bebidas preparadas con frutas tropicales.
Ají gusanito. Foto: Màrton Hardi/WCS
Los chefs que acompañan esta expedición tendrán la oportunidad de descubrir por sí mismos los valores extraordinarios de una comida de raíces milenarias enriquecida con el aporte de otras tradiciones culturales. Permitirá que las comunidades indígenas compartan sus conocimientos en el uso de ingredientes, formas de preparación y de presentación. De esta manera, gastronomía y conservación responden a un mismo objetivo: asegurar el patrimonio natural de los Llanos de Moxos, valorar las tradiciones culturales de sus pueblos y promover el consumo sostenible.